terça-feira, 22 de fevereiro de 2011
sábado, 5 de fevereiro de 2011
Luis Berrutti, artista uruguayo afincado en la Comunidad de Madrid, inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Montevideo en el año 1955. Desde entonces, no ha dejado de formarse, ya fuera en su país natal, con una beca de estudios en París, investigando la cerámica manual en horno de leña en Ibiza o practicando la forja de hierro en Toledo. Después, en 1986, se trasladó a Madrid, donde ejerció la enseñanza en su taller durante ocho años.
En 1994, Berrutti decidió instalarse en Valdemanco –en la madrileña Sierra de La Cabrera– para buscar un elemento que consideraba necesario para su trabajo, la luz. Inició así el proyecto más personal de su carrera, un taller abierto, al aire libre y en contacto con la naturaleza donde se expone un monográfico de su obra.
Cada uno de sus trabajos surge desde las observaciones y sensaciones que experimenta en el entorno natural y urbano y de sus impulsos interiores, a los que da forma plástica. Berrutti investiga continuamente las infinitas posibilidades del lenguaje artístico, los distintos materiales, las formas…
En su taller-museo, numerosas esculturas, pinturas y cerámicas –en las que se aprecia la personal percepción del arte del uruguayo– se suceden y se mezclan en el fantástico entorno natural que rodea al taller, lleno de materiales, instrumentos, hornos cerámicos...
Las esculturas son sus obras más sobresalientes. Son piezas robustas, de proporciones descomunales y gran volumen, hechas con materiales reciclados, de hierro combinado con cristales y cemento, y muy duros y resistentes, para que perduren en espacios abiertos, pues están concebidas para ser expuestas al aire libre... Además, los materiales que utiliza Luis Berrutti siempre quieren expresar algo. Emplea, por ejemplo, el vidrio, los elementos reflectantes y el cemento blanco para dar sensación de frescura, firmeza y energía.
Las pinturas negras, por su parte, representan duendes, escenas intimistas, soledad o aspectos de la vida cotidiana reinterpretados por el artista. Son obras claramente influenciadas por la pintura automatista y por la desarrollada por el hombre de Altamira, del que Berrutti ha adquirido el gusto por el color y las formas simples.
Sus piezas han protagonizado muestras temporales en media España y están expuestos de manera permanente en varios museos de Uruguay, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, los museos de escultura al aire libre de Tarazona (Zaragoza), Alcalá de Henares (Madrid) y Taracena (Guadalajara) y en otros tantos lugares de España, Alemania, Estados Unidos, Italia, Bélgica e Inglaterra
En 1994, Berrutti decidió instalarse en Valdemanco –en la madrileña Sierra de La Cabrera– para buscar un elemento que consideraba necesario para su trabajo, la luz. Inició así el proyecto más personal de su carrera, un taller abierto, al aire libre y en contacto con la naturaleza donde se expone un monográfico de su obra.
Cada uno de sus trabajos surge desde las observaciones y sensaciones que experimenta en el entorno natural y urbano y de sus impulsos interiores, a los que da forma plástica. Berrutti investiga continuamente las infinitas posibilidades del lenguaje artístico, los distintos materiales, las formas…
En su taller-museo, numerosas esculturas, pinturas y cerámicas –en las que se aprecia la personal percepción del arte del uruguayo– se suceden y se mezclan en el fantástico entorno natural que rodea al taller, lleno de materiales, instrumentos, hornos cerámicos...
Las esculturas son sus obras más sobresalientes. Son piezas robustas, de proporciones descomunales y gran volumen, hechas con materiales reciclados, de hierro combinado con cristales y cemento, y muy duros y resistentes, para que perduren en espacios abiertos, pues están concebidas para ser expuestas al aire libre... Además, los materiales que utiliza Luis Berrutti siempre quieren expresar algo. Emplea, por ejemplo, el vidrio, los elementos reflectantes y el cemento blanco para dar sensación de frescura, firmeza y energía.
Las pinturas negras, por su parte, representan duendes, escenas intimistas, soledad o aspectos de la vida cotidiana reinterpretados por el artista. Son obras claramente influenciadas por la pintura automatista y por la desarrollada por el hombre de Altamira, del que Berrutti ha adquirido el gusto por el color y las formas simples.
Sus piezas han protagonizado muestras temporales en media España y están expuestos de manera permanente en varios museos de Uruguay, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, los museos de escultura al aire libre de Tarazona (Zaragoza), Alcalá de Henares (Madrid) y Taracena (Guadalajara) y en otros tantos lugares de España, Alemania, Estados Unidos, Italia, Bélgica e Inglaterra
Luis Berrutti
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